¡Hola de nuevo! Sé que he tardado en volver a escribir, pero ha sido porque he estado un poquito liado, vamos que he tenido un par de días que no se los deseo ni a mis peores enemigos... bueno, ¡que carajo! A mis peores enemigos les deseo eso y mucho más... ¡qué se pudran en el Infierno!
Bueno, volviendo a lo que nos incumbe... ayer tuve una nueva cita con mi psicólogo, que se reafirmo en que este blog era la mejor idea para descargar tensiones... así que, de momento, le haré caso, y a ver si funciona... pero, como no funcione se acordará de mi toda su vida, lo aseguro... y ayer se lo dejé claro.
Tras mi cita con el ladrón ese, me fui a mi casa pensando en el tema sobre el que escribir en mi blog (al que estoy empezando a odiar mucho porque me hace pensar). Y mientras andaba por la calle, lloviendo, sin paraguas... y me iba mojando a saco... sin poder fumar porque se me mojaba el cigarro... tras pisar un par de charcos y llenarme de barro los bajos del pantalón y mandar a la mierda mis zapatos... y por supuesto tras cagarme veintisiete veces seguidas en el fenómeno atmosférico que nos deleita estos días con su presencia... decidí que si este fin de semana iba a odiar algo, sin duda iba a ser la lluvia...
Sí, lo he decidido... odio la lluvia con todas mis fuerzas. Odio los días lluviosos, odio tener que ir cargado con el paraguas (si es que no se te olvida como a mi... ¡Seré desgraciado!); odio coger un metro o un bus y que esté lleno de gente restregandote su paraguas mojado por el pantalón (que te dan ganas de coger su paraguas y restregárselo por la cara al señor o señora de turno), o de coger el coche y comerte un atascón del quince, por lo que llegas una hora tarde a donde carajo tengas que ir; odio que pasé un coche y te salpique mientras tu estás esperando pacientemente (bajo la lluvia porque no tienes paraguas) a que se pongo el semaforito de mierda en verde; odio llegar mojado a todos los sitios y que la gente te mire como si fueras el único en esas circunstancias, que igual se piensan que en cualquier momento puedes empezar a encoger, o algo por el estilo... En fin, odio todo lo que tenga que ver con un día lluvioso.
Y ¿cuál es la conclusión a la que llego después de toda esta ristra de improperios varios? Que el blog me sirve para desahogarme... ¡¡¡NOOOOO!!! Pues que si hubiese llevado paraguas no me hubiera mojado, hubiera podido fumarme un cigarrito mientras andaba por la calle, no habría cogido ni bus, ni metro, ni coche, porque con mi paraguas se llega a todos lados, no habría llegado mas mojado que nadie a todos los sitios, y como un coche si hubiese atrevido a salpicarme le hubiese lanzado mi paraguas y ya está.
Bueno, volviendo a lo que nos incumbe... ayer tuve una nueva cita con mi psicólogo, que se reafirmo en que este blog era la mejor idea para descargar tensiones... así que, de momento, le haré caso, y a ver si funciona... pero, como no funcione se acordará de mi toda su vida, lo aseguro... y ayer se lo dejé claro.
Tras mi cita con el ladrón ese, me fui a mi casa pensando en el tema sobre el que escribir en mi blog (al que estoy empezando a odiar mucho porque me hace pensar). Y mientras andaba por la calle, lloviendo, sin paraguas... y me iba mojando a saco... sin poder fumar porque se me mojaba el cigarro... tras pisar un par de charcos y llenarme de barro los bajos del pantalón y mandar a la mierda mis zapatos... y por supuesto tras cagarme veintisiete veces seguidas en el fenómeno atmosférico que nos deleita estos días con su presencia... decidí que si este fin de semana iba a odiar algo, sin duda iba a ser la lluvia...
Sí, lo he decidido... odio la lluvia con todas mis fuerzas. Odio los días lluviosos, odio tener que ir cargado con el paraguas (si es que no se te olvida como a mi... ¡Seré desgraciado!); odio coger un metro o un bus y que esté lleno de gente restregandote su paraguas mojado por el pantalón (que te dan ganas de coger su paraguas y restregárselo por la cara al señor o señora de turno), o de coger el coche y comerte un atascón del quince, por lo que llegas una hora tarde a donde carajo tengas que ir; odio que pasé un coche y te salpique mientras tu estás esperando pacientemente (bajo la lluvia porque no tienes paraguas) a que se pongo el semaforito de mierda en verde; odio llegar mojado a todos los sitios y que la gente te mire como si fueras el único en esas circunstancias, que igual se piensan que en cualquier momento puedes empezar a encoger, o algo por el estilo... En fin, odio todo lo que tenga que ver con un día lluvioso.
Y ¿cuál es la conclusión a la que llego después de toda esta ristra de improperios varios? Que el blog me sirve para desahogarme... ¡¡¡NOOOOO!!! Pues que si hubiese llevado paraguas no me hubiera mojado, hubiera podido fumarme un cigarrito mientras andaba por la calle, no habría cogido ni bus, ni metro, ni coche, porque con mi paraguas se llega a todos lados, no habría llegado mas mojado que nadie a todos los sitios, y como un coche si hubiese atrevido a salpicarme le hubiese lanzado mi paraguas y ya está.
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