Pero no os penséis que solo me ha fallecido el ipod, no que va. En menos de un año, la minicadena ha muerto tambien en sospechosas circunstancias, derrepente ya no va; la PDA tuvo una caída fatal, y también murió; el móvil se ahogo en la lavadora; el DVD va a ratos, cuando le apetece; al igual que el reloj de mi habitación, que ha decidido adelantarse o atrasarse a su antojo; y así una lista interminable de aparatos electrónicos que han dejado de funcionar en mi casa.
Así que odio a todos los aparatos electrónicos que misteriosamente dejan de funcionar, y ahora especialmente a mi ipod, que me ha dejado tirado para mis recorridos en autobús.
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