sábado, 1 de noviembre de 2008

El discreto encanto del transporte público

Supongo que a estas alturas de la vida todo el mundo habrá utilizado el transporte público en alguna (siempre desgraciada) ocasión. Si, yo también soy usuario habitual del transporte público, y hoy voy a descargar toda mi ira contra él.

Yo normalmente me desplazo en autobús, ya que no sé por qué razón siento un odio repulsivo hacia el metro, ya que eso de parecer sardinas enlatadas a determinadas horas puntas no lo llevo muy bien. Además, alguna vez me he equivocado de tren y he acabado donde Cristo perdió el gorro, las zapatillas y hasta la Sábana Santa.
Volviendo al autobús, lo primero que quiero decir es... que el servicio de autobuses es una puta mierda. El primer punto que sustenta esta afirmación es la frecuencia de paso entre autobús y autobús. Porque habrá algunas líneas que pasen frecuntemente, pero hay otras que parece que el conductor venga estirando el autobus con una cuerda, pero encima de rodillas. Ahora, eso sí, en la parada de bus, en el correspondiente cartelito pone que la frecuencia de los autobuses es entre cuatro y siete, o cinco y ocho... y derrepente tú te das cuenta de que llevas veinte minutos y que por ahí no ha pasado ni el Tato.
Otro de los puntos que fundamenta mi afirmación inicial es el trato atento recibido por el personal que trabaja en el bus. Si, así es, se lo que estáis pensando, lo que más les gusta del mundo es... verte corriendo cargado con veintemil bolsas o una maleta (de cuanta mayor envergadura hablemos mejor) y cerrarte las puertas del autobús en tus narices... es porque son muy simpaticos.
Y encima, todo esto por el módico precio de un euro veinte... ¡perdón! Tengo que pagar un euro veinte por estar veinte minutos esperando al bus en la parada, por que la mitad de los buses que pasen lleven el cartel de A Cotxera o Fora de Servici, por el servicio amable que recibes (cuando tienen el gran detalle de abrirte las puertas), por unos autobuses tartaneros a más no poder, y por innumerables deficiencias más... Si, así es el servicio de autobuses... un verdadero encanto.

Pd: Queda pendiente hablar de los taxis, porque esos también dan para un buen número de improperios varios...

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